En Busca del Espacio Público

(fragmento tomado de «En Busca de la Política» de Zygmunt Bauman, una reflexión de qué nos mueve a la acción social colectiva y una advertencia para considerar nuestras motivaciones.)

Al comentar los acontecimientos desencadenados en tres ciudades diferentes del oeste de Inglaterra por la noticia de que el pedófilo Sidney Cooke había sido liberado de la cárcel para regresar a su casa, Decca Aitkenhead, una periodista de The Guardian dotada de un sexto sentido sociológico, de cuya rica producción haremos buen uso en estas páginas observó:

“Si hay algo que garantiza hoy que la gente saldrá a la calle son las murmuraciones acerca de la aparición de un pedófilo. La utilidad de esas protestas ha sido objeto de crecientes cuestionamientos. Lo que no nos hemos sin embargo, es si esas protestas en realidad tienen algo que ver con los pedófilos.”

Aitkenhead se centró en una de esas ciudades donde encontró que la variada multitud de abuelas, adolescentes y mujeres de negocios que rara vez -o casi nunca- habían expresado algún deseo de participar en una acción pública ahora habían sitiado el destacamento de policía local, sin estar siquiera seguras de que Cooke se ocultaba efectivamente dentro del edificio. Su ignorancia acerca de los hechos y detalles del asunto solamente era superada por la determinación de hacer algo al respecto y de que lo que hicieran fuera advertido; y en realidad esa determinación se fortaleció aun más debido a la incertidumbre que rodeaba a los acontecimientos. Personas que jamás habían participado en una protesta pública decidieron acercarse y permanecer, mientras gritaban “¡Muerte a ese canalla!» , dispuestas a mantener su lugar todo el tiempo que hiciera falta. ¿Por qué? ¿Buscaban algo más fuera del confinamiento de un enemigo público a quien nunca habían visto y cuyo paradero ni siquiera conocían con certeza? Aitkenhead tiene una respuesta para esa compleja pregunta, y es una respuesta convincente:

“Lo que verdaderamente ofrece Cooke. en cualquier parte. es la rara oportunidad de odiar realmente a alguien, de manera audible y pública, y con absoluta impunidad. Es una cuestión de bien y mal […] y, por lo tanto, un gesto en contra de Cooke define que uno es decente. Solo quedan muy pocos grupos humanos que uno pueda odiar sin perder respetabilidad. Los pedófilos constituyen uno de ellos.”

«Finalmente he encontrado mi causa», dijo la principal organizadora de la protesta, una mujer sin ninguna experiencia previa en roles públicos. «Lo que probablemente haya encontrado Debra», comenta Aitkenhead, «no es ‘su causa’, sino una causa común: la sensación de una motivación colectiva».

La manifestación tiene matices de demostración política, de ceremonia religiosa, de mitin sindical; todas esas experiencias grupales que solían definir la identidad de las personas, y que ya no son accesibles para ellas. Y por eso ahora estas se organizan en contra de los pedófilos. Dentro de unos pocos años, la causa será cualquier otra.

Aitkenhead tiene razón una vez más: es improbable que haya escasez de nuevas causas, y siempre habrá nichos vacíos en el cementerio de las viejas causas. Pero, por el momento -días más que años, si se tiene en cuenta la pasmosa velocidad de desgaste de los temores y pánicos morales públicos-, la causa es Sidney Cooke. Sin duda, es una causa excelente para reunir a toda la gente que busca alguna salida para una angustia largamente acumulada.

Primero, Cooke está catalogado: esa calificación lo convierte en un blanco tangible y lo extrae del conglomerado de miedos ambientales confiriéndole una realidad corporal que otros temores no poseen; aun cuando no se lo vea, es posible percibirlo como un objeto sólido que puede ser dominado, esposado, encerrado. neutralizado y hasta destruirlo, a diferencia de la mayoría de las amenazas, que tienden a ser desconcertantemente difusas, vagas, evasivas, invasoras, inidentificables. Segundo, por una feliz coincidencia, Cooke ha sido puesto en el lugar en el que se cruzan las preocupaciones privadas y los temas públicos; más precisamente, su caso es como un crisol alquímico en el que el amor  por los hijos -una experiencia cotidiana, rutinaria, pero privada- puede transustanciarse de manera milagrosa en un espectáculo público de solidaridad. Y en última instancia, pero no menos importante, la situación es un puente suficientemente ancho como para permitir que un grupo -tal vez muy numeroso- encuentre una vía de escape; cada evadido solitario se topa allí con otra gente que está huyendo de su propia prisión privada, y de este modo se crea una comunidad a partir del solo hecho de emplear la misma ruta de escape, que seguirá existiendo mientras haya pies que la recorran.

Los políticos, personas que se supone operan profesionalmente dentro del espacio público (allí tienen sus cargos, o más bien denominan «público» el espacio donde tienen sus cargos), casi nunca están bien preparados para enfrentar esta invasión de intrusos; y dentro del espacio público, cualquiera que no tenga el tipo de cargo adecuado, y que aparezca allí en una ocasión ni calculada ni preparada y sin invitación, es, por definición, un intruso. Según estos parámetros, todos los atacantes de Sidney Cooke eran, sin lugar a dudas, intrusos. Desde el principio, su presencia dentro del espacio público era precaria. Por lo tanto, deseaban que los legítimos habitantes de ese espacio reconocieran su presencia allí y la volvieran legítima.

Dependencia de Recursos y Desarrollo de Organizaciones sin Fines de Lucro

DESARROLLO DE ORGANIZACIONES SIN FINES DE LUCRO (OSFL)

Es difícil definir el concepto de OSFL con precisión debido a que existen diversos tipos de estas organizaciones en el mundo y sus funciones son muy diversas; sin embargo pueden ser descritas generalmente como organizaciones privadas que prestan al público servicios sociales y bienes sin distribución de beneficios a los miembros de la organización. Las ganancias son usadas para cumplir sus objetivos, para su expansión, para su supervivencia, y para planes a futuro. El crecimiento de las organizaciones sin fines de lucro está estrechamente relacionado con el cambio de los entornos económicos y políticos.

TEORÍA DE LA DEPENDENCIA DE RECURSOS

El enfoque de sistemas abiertos presta atención a los entornos organizacionales y a la interdependencia con contextos como un mecanismo importante para la comprensión de las acciones y estructuras de la organización. Por ejemplo, el enfoque de sistemas de recursos se centra en la capacidad de obtener los recursos escasos y valiosos en lugar de la de alcanzar los objetivos de la organización para impulsar la funcionalidad organizativa (Gollmar, 2008). En otras palabras, desde este enfoque la adquisición de recursos valiosos significa el éxito o la alta eficacia de una organización. Desde las organizaciones como sistemas abiertos, el medio ambiente se considera como un factor importante en la continuación de la organización (Scott y Davis, 2003). La Teoría de la Dependencia de Recursos (TDR) como un enfoque de sistemas abiertos postula que las organizaciones están integradas en redes y en relaciones con diversos actores sociales y este tipo de redes y relaciones puede ser entendida como un producto de los patrones de dependencias y limitaciones entre organizaciones (Granovetter, 1985). Bajo la TDR, el comportamiento organizacional, las acciones y el desempeño se explican en parte por los ambientes o contextos que proporcionan los recursos críticos a las organizaciones. Desde esta perspectiva, las organizaciones no son internamente autosuficientes. Una organización hace un esfuerzo por intercambiar los recursos que se necesitan para su éxito o supervivencia. En concreto, las organizaciones obtienen los recursos críticos a través de la adaptación a contextos o entornos, de reducir la incertidumbre para minimizar su dependencia de organizaciones externas, y maximizar la dependencia de otras organizaciones hacia ellos (Pfeffer y Salancik, 2003). Así, la relación de dependencia de recursos es importante en la configuración del comportamiento de las organizaciones y en el objetivo de la organización para sobrevivir.

PATRONES DE DEPENDENCIA DE RECURSOS

Los recursos podrías describirse como lo tangible o intangible que las organizaciones necesitan para sus interacciones con el medio ambiente y lo que las organizaciones obtienen en un intercambio con los demás desde la TDR. Sheppard (1989) define los recursos como cualquier incentivo que se puede proporcionar a los demás con el fin de conseguir que contribuyen a la organización. Además de los recursos financieros, una organización depende de una variedad de recursos para su supervivencia, éxito, o alto rendimiento: por ejemplo, la reputación de los individuos o grupos, información, el apoyo político, la legitimidad y la tecnología. La TDR supone que las interrelaciones con las partes interesadas dentro y fuera para conseguir los recursos necesarios están estrechamente relacionados con el éxito de una organización o de alto rendimiento. Estas diversas interrelaciones llevarían a los patrones de conseguir recursos heterogéneos en las organizaciones sin fines de lucro. Según Lan (1991), los patrones de dependencia de recursos pueden entenderse en cinco dimensiones diferentes: la dependencia de recursos (de dónde los recursos provienen); la diversidad de recursos (el grado de centralización o descentralización de la afluencia de recursos); la incertidumbre sobre los recursos (el grado de previsibilidad de la afluencia de recursos); la abundancia de recursos (el grado de abundancia o escasez de recursos de una organización); y la competitividad de los recursos (la percepción de la competitividad para la obtención de recursos de dentro y fuera de la organización). En general, los recursos para las OSFL provienen de agencias gubernamentales, de otras organizaciones con o sin fines de lucro, de sus propios negocios y actividades, y de individuos. El origen de estos recursos influye significativamente en el comportamiento, los objetivos, las misiones y funciones de la organización. Por ejemplo, las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la intervención comunitaria tenderán a ser similares al depender de recursos no gubernamentales. Mientras que otras organizaciones sin fines de lucro que dependan principalmente de fondos del sector privado tendrán características positivas hacia el mercado. Cuan diversificados son los recursos podría reflejarse sobre la heterogeneidad de las OSFL. Las organizaciones que dependen de fuentes de financiamiento estables son predecibles; las que dependen de donaciones o financiación a través de actividades de negocios son relativamente inestable e incierto. La insuficiencia de recursos tiene implicaciones negativas en la autonomía de gestión, en el desempeño organizacional, y en la continuidad de la organización. En particular, la falta de recursos críticos influye significativamente sobre la vulnerabilidad de una organización. Dada una gran escasez de recursos, la autonomía en los procesos de toma de decisiones y el establecimiento de objetivos de las OSFL probablemente que se reducirá (Seo & Lan, 2010). El grado de competitividad para obtener recursos críticos puede afectar directa o indirectamente el comportamiento organizacional y desempeño. La competencia por los recursos hace que las organizaciones no lucrativas más fiable sobre las partes interesadas dentro y fuera que controlan los recursos necesarios. Las organizaciones son propensos a cambiar su toma de decisiones y el establecimiento de objetivos para satisfacer las demandas de los grupos de interés (Pfeffer y Salancik, 2003).

ACCIONES Y ESTRUCTURAS ORGANIZACIONALES

Las acciones y estructuras de una organización son, entre otras cosas, la consecuencia del medio ambiente y las contingencias particulares, ya que las organizaciones siempre cambian a través de los procesos de interacción con su entorno. Es decir, los patrones de dependencia de recursos, tanto como los factores ambientales, afectan a la formalización y la jerarquía de una organización. Por ejemplo, las OSFL probablemente tengan una estructura altamente formalizada cuando su supervivencia está estrechamente asociado con recursos estables y determinados como créditos gubernamentales regulares o donaciones a largo plazo. En el marco de la TDR, la administración hace un esfuerzo por encontrar entornos favorables y, además, para establecer entornos negociados para la obtención de los recursos necesarios. Pfeffer y Salancik (2003) presentan tres funciones de esta gestión: simbólica, sensible y discrecional. Para la función simbólica, los gerentes y líderes de la organización se consideran un símbolo del éxito de la organización o el fracaso y podrían ser despedidos cuando el desempeño organizacional va mal. Aunque el despido de ellos no tengan relación con el logro de un alto rendimiento o garantizando el éxito organizacional, a nivel simbólico podría cumplir con las exigencias de los principales grupos de interés externos que controlan los recursos críticos. La toma de decisiones está estrechamente relacionada con el poder y la centralización porque en el fondo, es el problema de quién decide las cuestiones de organización. La centralización significa el grado de control que los líderes de la organización tienen. En una organización centralizada, los directores o gerentes tienen más poder sobre los demás en en el sentido de que tienen el derecho de tomar decisiones importantes para los asuntos de la organización. En una organización descentralizada todos los niveles de empleados comparten el poder, la toma de decisiones es participativa y flexible. La literatura existente sugiere que el grado de poder y centralización está determinada principalmente por factores internos de gestión. Sin embargo, la TDR supone que la toma de decisiones no está libre del contexto social, es decir, el contexto limita inevitablemente la toma de decisiones sobre procesos organizativos (Pfeffer y Salancik, 2003). El contexto social que enfrentan las organizaciones podría afectar considerablemente el proceso de fijación de objetivos y características de los objetivos de la organización. Las metas organizacionales no son fijas; en cambio, las organizaciones alteran sus propósitos y dominios para adaptarse a los contextos ambientales (Seo & Lan, 2010). Además, las OSFL modernas atienden muchos problemas sociales y obtienen recursos de diversos donantes. Estas organizaciones son propensas a hacer metas organizacionales más ambiguas y complejas.

CONECTANDO LA DEPENDENCIA DE RECURSOS Y EL COMPORTAMIENTO ORGANIZACIONAL

Como señalan Scott y Davis (2003), la perspectiva racional de sistema cerrado que se arraiga en la economía se ocupa principalmente de la maximización de la eficiencia interna en la racionalidad económica y técnica. Por lo tanto, las acciones de organización y el comportamiento organizacional sólo se centran en la consecución de la racionalidad interna. Para la construcción de una organización eficiente, el papel de los líderes de la organización y los administradores es reunir información detallada sobre los procesos de trabajo, analizarlo, y derivar reglas y directrices para encontrar la forma más eficiente de realizar las tareas requeridas. Desde el punto de vista racional, las actividades o el comportamiento de una organización y sus grupos son vistos como intencionales, esperados, y limitados. Además, desde esta perspectiva, las estructuras de gestión de la organización son invulnerables a los contextos ambientales, porque esto supone que los factores externos son dados por sentados y son difícilmente modificables. Sin embargo, todas las acciones y el comportamiento no pueden ser justificado y explicados por la maximización de la eficiencia o el beneficio económico en las organizaciones modernas. Por ejemplo, el poder y la interrelación con los interesados también pueden influir en el comportamiento de los miembros de la organización. El comportamiento organizacional no siempre tienen que ver con la consideración de la eficiencia o de lucro. Bajo la TDR, las similitudes y las diferencias de las acciones y estructuras organizativas se ven afectadas tanto por los actores internos y como por los externos que están asociados con los recursos críticos. La TDR asume que el control de los recursos críticos crea problemas de poder tales como la autonomía, la dependencia y la interdependencia entre las organizaciones y sus contextos ambientales. Las relaciones de poder establecidas influyen en muchas actividades de la organización. En este sentido, la autonomía de OSFL en los procesos de prestación de servicios y la toma de decisiones son relativamente débiles cuando pertenecen a organizaciones paraguas que controlan sus recursos críticos. Muchas de las actividades de organización están relacionadas con los esfuerzos para reducir la incertidumbre del entorno que las organizaciones se enfrentan. Es decir, tantos organizaciones con fines de lucro como OSFLs hacen un esfuerzo para obtener los recursos adecuados que necesitan y, al mismo tiempo, para reducir la influencia del medio ambiente a través del cambio de sus estructuras y acciones. La incertidumbre es el grado en que los futuros estados del mundo no puede ser anticipados y predichos con exactitud. En este sentido, debe existir una relación entre el tipo de recursos (públicos o privados) y las estructuras organizativas en OSFL. Un alto nivel de incertidumbre ambiental dará como resultado un alto nivel de diferenciación administrativa estas organizaciones. Un problema que surge para terminar de considerar a las OSFL bajo las perspectiva de este ensayo es la medición del desempeño organizacional, que debe, por congruencia, considerar los puntos de vista de ambas partes interesadas: las externas y las internos. El desempeño se conceptualiza a través de la interacción entre los diversos criterios de medición, objetivos, grupos, y los niveles de medición. Cómo medir el rendimiento es un tema crítico en las OSFL. El énfasis en la capacidad de medición está relacionado con los criterios de medición cuantificables, como entradas, salidas, costo y beneficio. Hoy en día, el concepto de desempeño organizacional es más que la medición de la productividad, la eficiencia y los resultados. Moynihan (2008) señala que el rendimiento se redefine ahora de manera más amplia para considerar si las organizaciones o programas logran los resultados deseados. En general, el concepto de rendimiento puede ser aplicado para las siguientes dimensiones: la eficiencia o productividad, la eficacia, la calidad y la equidad en las OSFL. Boyne (2003) propone siete dimensiones para evaluar el desempeño: 1) cantidad de salidas 2) calidad de los productos; 3) eficiencia; 4) equidad de la distribución de los costos de los servicios y beneficios entre los diferentes grupos; 5) resultados; 6) relación calidad-precio; y 7) satisfacción del consumidor. Esta última dimensión puede ser un proxy para algunas o todas de las anteriores, dependiendo de las preguntas planteadas a los usuarios del servicio. La eficiencia y la eficacia de la organización son componentes clave de desempeño de la organización en la TDR. La efectividad organizacional es conceptualizada como la relación entre las organizaciones y los factores externos; por otra parte, la eficiencia organizacional es un criterio para especificar la gestión interna de la organización. La efectividad organizacional está principalmente preocupado por lo bien que la organización está cumpliendo con las demandas de los diversos grupos y organizaciones con actividades. La eficiencia se centra en una evaluación interna de la cantidad de recursos que se consumen en el proceso de hacer la actividad (Pfeffer y Salancik, 2002). El enfoque de los recursos bajo la TDR tiende a enfatizar la capacidad de adquirir los recursos que una organización necesita para sobrevivir como criterio para especificar el desempeño organizacional. Asimismo, tanto la capacidad de adquirir los recursos necesarios y la eficiencia en el uso de los recursos de una organización son herramientas de juicio importantes para la eficacia de la organización y funcionamiento. Sin embargo, medir el desempeño organizacional está explícita o implícitamente relacionado con lo que alcanza la organización, sus metas u objetivos. Entonces requerimos definir el rendimiento en las OSFL como el logro de los propósitos establecidos organizaciones con eficacia y eficiencia. Se supone que las organizaciones se desempeñan mejor si la gente que las conforman clarifican sus metas y miden el progreso en contra de ellos. Los objetivos claros y los buenos sistemas de medición están estrechamente asociados con el éxito organizacional. Una buena medición del desempeño estará entonces estrechamente relacionada con los productos y resultados de las organizaciones, para lo cual se requiere de un seguimiento continuo y el reporte de los logros del programa de la OSFL, en particular el progreso hacia las metas preestablecidas. CONCLUSIONES Y REFLEXIONES La participación ciudadana ocurre las más de las veces a través de organizaciones informales y, más comúnmente, a través de la pertenencia a OSFL. El individuo que se mantenga involucrado y en sintonía con los objetivos de una OSFL deberá incluir entre el repertorio de significados asociados a su participación a aquellos que caractericen a la organización como una entidad en interrelación con otras en un sistema que requerirá flexibilidad: a) para la adecuación de metas ante demandas cambiantes del entorno y, en ocasiones, irregularidad en las entradas de recursos, b) para los modos de evaluación del éxito en la consecución de dichas metas siendo acordes con la naturaleza de la OSFL y de las relaciones a través de las cuáles obtiene sus recursos, c) al aceptar la necesidad de interactuar con otras organizaciones y valorar sus principios e intereses como aquellos que permiten de manera indirecta satisfacer sus intereses personales y organizacionales.

REFERENCIAS

Boyne, G. A. (2003). Sources of public service improvement: A critical review and research agenda. Journal of Public Administration Research and Theory, 13(3), 367-394.

Gollmar, W. G. (2008). Capacity building and nonprofit organizational effectiveness. Tesis Doctoral. Milwaukee, WI: Cardinal Stritch University.

Granovetter, M. (1985). Economic action and social structure: The problem of embeddedness. American Journal of Sociology, 91, 481-510. Lan, Z. (1991). The impact of resource dependence patterns on university research and development labs: An explanatory study. Tesis Doctoral. Syracuse, NY: Syracuse University.

Pfeffer, J. & Salancik, G. R. (2003). The external control of organizations: A resource dependence perspective. Stanford, CA: Stanford University Press.

Rainey, H. G. (2003). Understanding and managing public organizations (3rd Ed.). San Francisco, CA: Jossey-Bass. Scott, W. R. & Davis, G. F. (2003). Organization and organizing: Rational, natural, and open system perspectives. Upper Saddle River, NJ: Pearson Education, Inc.

Seo, J. W. & Lan, G. Z. (2010). Policy objectives, resource dependence patterns, and their implications for the behavior of the federal agencies. Memorias de la American Society for Public Administration (ASPA) Annual Conference in San Jose, CA., April 9-13.

Sheppard, J. P. (1989). The strategy of corporate survival: A resource dependence approach. Tesis Doctoral. Seattle, WA: University of Washington.

Midiendo el Crecimiento y el Desarrollo Económicos

Amartya Sen

Aunque existen muchos indicadores de bienestar y desarrollo, el Producto Nacional Bruto o el Producto Interno Bruto han sido elegidos como índices de desarrollo ya que se consideran medios para la consecución de cualquier otro de los fines que representan el bienestar de una nación. El producto nacional bruto (PNB) es el valor de mercado de todos los productos y servicios producidos en un año en mano de obra y material suministrado por los residentes de un país. A diferencia del Producto Interno Bruto (PIB), que define la producción basada en la ubicación geográfica de la producción, el PIB asigna producción basado en la propiedad.

Básicamente, el PIB es el valor total de los bienes y servicios finales producidos dentro de una nación en un año determinado, más los ingresos devengados por sus ciudadanos (incluidas las rentas de los situados en el extranjero), menos las rentas de los no residentes radicados en ese país. El PIB mide el valor de los bienes y servicios que los ciudadanos del país producen independientemente de su ubicación. El PNB es una medida de la situación económica de un país, bajo el supuesto de que un mayor PNB lleva a una mejor calidad de vida. En ocasiones se utilizan también como medida de desarrollo algunas derivaciones de estos indicadores, como por ejemplo la brecha PIB – PNB. Un valor positivo indica que se creó más riqueza dentro de un país de la que recibieron sus habitantes, uno negativo indica que sus habitantes recibieron más ingresos que los generados en el país.

Asimismo, también se suelen dividir estos indicadores entre el número de habitantes de una nación para poder obtener un producto promedio que considere esta variable. Este último ajuste es el debido al tamaño de la población, ya que una nación con un mayor número de habitantes, bajo condiciones idénticas, generaría proporcionalmente mayor producción. Otro motivo para su uso es que la medida no resulta afectada por variaciones en el tamaño de la población del país y por tanto se puede usar para comparaciones entre distintos momentos históricos como medida del cambio económico. De esta forma, se suele hablar de un PIB o un PNB per capita.

Otro ajuste que, sin embargo, es requerido para poder usar estos indicadores como parámetros del desarrollo de una nación, es el de considerar no solamente la producción promedio sino también la distribución de esta riqueza. Diferentes naciones con similares PIB per capita puede tener distribuciones muy desiguales de la riqueza. Considerando esta circunstancia se observan estadísticos de distribución como los deciles del PIB como base para proponer nuevos indicadores. Un ejemplo es el coeficiente Gini, que mide la desigualdad entre los valores de una distribución de frecuencias. Un coeficiente de cero expresa la perfecta igualdad, donde todos los valores son los mismos (por ejemplo, donde todo el mundo tiene un ingreso exactamente iguales). Un coeficiente de uno xpresa la desigualdad máxima entre los valores (por ejemplo, cuando sólo una persona tiene todos los ingresos). Otra medida más sencilla es la razón del producto del percentil 80 (el más bajo del 20% de los más ricos) entre el del percentil 20 (el más alto del 20% de los más pobres).

Otro ajuste necesario es aquel que se refiere a la búsqueda de un valor real estable del producto, ya que un ingreso nominal por precios varía a través del tiempo. De esta forma es requerido un ajuste que considere las variaciones a lo largo de un año, por definir un período, de las diferentes medidas puntuales de producción y precios, es decir, a partor d un PIB o un PNB nominal, buscar estimar uno real.

A pesar de estos ajustes, el producto bruto tiene como desventaja su incapacidad para considerar bienes novedosos producidos que traen bienestar a la gente o bienes generados que no lo aportan, además de ser poco sensible en la detección de la producción doméstica de mujeres y niños que no reciben un salario, o en la economía informal. Por este motivo han surgido propuestas para reemplazar el PIB y el PNB por otros índices como el Índice de Bienestar Económico Sostenible (IBES; Index of Sustainable Economic Welfare, ISEW; antes Measure of Economic Welfare, Mew), que en lugar de simplemente estimar la suma de todos los gastos, toma en cuenta factores tales como la distribución de los ingresos y los costos asociados con la contaminación y otros costos insostenibles. Otra propuesta es el Indicador de Progreso Genuino (IPG: Genuine Progress Indicator, GPI) que es la diferencia entre el beneficio bruto de una empresa y el beneficio neto, el beneficio neto es el beneficio bruto (PIB) menos los gastos incurridos ambiental y culturalmente. En consecuencia, el IPS será cero si el costo financiero de la pobreza y la contaminación equivalen a la de las ganancias financieras en la producción de bienes y servicios, si todos los demás factores se mantienen constantes. Finalmente, se presenta el Índice de Desarrollo Humano (IDH, Human Development Index, HDI). Éste es un estadístico, creado por Mahbub ul Haq, promovido y fundamentado por Amartya Sen, que se compone por la esperanza de vida e índices de educación e ingreso para clasificar a los países en cuatro niveles de desarrollo humano y que es utilizado por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas y el Banco Mundial. φ

Pierre Bourdieu: Conceptos, lo Objetivo y lo Subjetivo.

OBJETIVAR EL OBJETIVISMO

Saussure subordina a un constructo sin experiencia sensible la materia misma de la comunicación, visible y real, al hacer medio de la comunicación a la lengua en vez de al habla. Tomar esta postura implica tomar el punto de vista del “espectador imparcial”, que solo desea comprender por comprender, colocando en los agentes las preguntas que se plantea a propósito de ellos. Saussure arranca del uso real y despoja de sus funciones a la lengua para hacer de ella una comprensión puramente pasiva, concede un privilegio a la lógica interna de la la lengua sobre las condiciones sociales de su utilización oportuna, así el habla se reduce a simple ejecución.

La etnología, al tomar conceptos prestados aumenta todas las consecuencias de las peticiones de principio al objetivismo. La observación participante es una contradicción de términos, la crítica al objetivismo no implica la rehabilitación de la inmersión en la práctica. Por ejemplo, en el arte se hacen hermenéuticas a la obra creada en vez de a los modos de la creación, trata la obra como discurso destinado y olvida que la producción artística es el producto de un arte, una práctica pura sin teoría como dice Durkheim. Los etnólogos no podrán responder a los interrogantes metafísicos del status ontológico de su objeto sino a condición de objetivar su propia relación con éste.

La proyección en el objeto de una relación de objetivación no objetivada produce efectos diferentes en los diferentes dominios de la práctica, ya sea proyectando en el papel, por y para la ciencia, lo que no existe; o bien, interpretando acciones sobre los mundos natural y social. Lo objetivo, distante y externo, entra en contradicción con la relación práctica que ese objeto debe negar y constituir la representación objetiva de la práctica. Aquello que para un actor que desempeña un papel específico parece insignificante, puede resultar altamente significativo para un observador y analista del sistema total.

Al proyectar en la percepción del mundo lo pensado de su posición en ese mundo, el pensador traiciona su convicción de que la acción no alcanza su cumplimiento sino cuando es comprendida, interpretada, expresada, identificando lo implícito con lo impensado y negándole al pensamiento tácito y práctico el status de pensamiento auténtico.

El estructuralismo hacía surgir explicaciones causales sin causa que produzca haciendo desaparecer las condiciones sociales del producción, de reproducción y de utilización de los objetos simbólicos en el movimiento mismo por el cual hacía aparecer la lógica inmanente. Levi-Strauss intentaba superar la alternativa entre acción consciente orientada a fines racionales y reacción mecánica a determinaciones, al inscribir la finalidad en el mecanismo: Deus ex machina, Deus in machina.

Esta visión emanantista que hace de la estructura una entelequia que se desarrolla a sí misma en un proceso de autorrealización, reduce a los agentes históricos al papel de «soportes» (Träger) de la estructura, y sus acciones a simples manifestaciones epifenoménicas del poder que la estructura tiene de desarrollarse según sus propias leyes y de determinar o sobredeterminar a otras estructuras.

SUBJETIVAR EL SUBJETIVISMO

Sartre hace de cada acción una suerte de confrontación, sin antecedentes, entre el sujeto y el mundo, confiriéndole la toma de conciencia revolucionaria. Si el mundo de la acción no es otra cosa que ese universo imaginario de posibles intercambiables, el cual depende enteramente de los decretos que la conciencia que lo crea, y por lo tanto enteramente desprovisto de objetividad, entonces las emociones y las pasiones son sólo juegos de mala fe. A este análisis se oponen textos sobre “síntesis pasivas” de un universo de significantes ya constituidas, y aquellos que hablan de las acciones sin agente.

El mundo social de los compromisos entre la cosa y el sentido, que define el “sentido objetivo” como sentido hecho cosa y las disposiciones como sentido hecho cuerpo, constituye un verdadero desafío para los partidarios de universo puro de la conciencia o de la “praxis”.

¿Cómo no atribuir a la inercia de un habitus la constancia con la que se afirma la intención objetiva de la filosofía sartreana? Así como el objetivismo universaliza la relación docta con el objeto de la ciencia, el subjetivismo universaliza la experiencia que el sujeto del discurso docto hace de sí mismo en cuanto a sujeto. El interés del análisis sartreano es el de hacer ver que el principio de la lucha entre el objetivismo y el subjetivismo, y aquello que está en juego en esa lucha, es la idea que la ciencia del hombre hace del hombre, es decir del objeto pero también del sujeto de la ciencia.

La imaginación ultrasubjetivista de Sartre resultó sobrepasada por el voluntarismo de las ficciones antropológica a las que deben recurrir los defensores de la ideología del “actor racional” para fundar únicamente en la decisión racional la conducta racional del “actor racional”

Así, las construcciones antropológicas a las que deben recurrir los defensores de la teoría del “actor racional” para asumir las consecuencias del postulado teórico según el cual la acción racional no podría tener otro principio que la intención de racionalidad y el cálculo libre e informado de un sujeto racional, constituyen una refutación por el absurdo de este postulado e invitan a buscar el principio de las prácticas en la relación entre constricciones externas que dejan un margen muy variable a la elección y disposiciones que son el producto de procesos económicos y sociales casi completamente irreductible a esas coerciones puntualmente definidas.

ESTRUCTURAS, HÁBITUS, PRÁCTICAS

Campo

Bourdieu comparte el punto de vista de Weber de que la sociedad no puede analizarse sólo en términos de clases económicas y las ideologías. Mucho de su trabajo se refiere al papel de los factores educativos y culturales. En lugar de analizar únicamente las sociedades en términos de clases, Bourdieu utiliza el concepto de campo: un espacio social estructurado, con sus propias reglas, esquemas de dominación, opiniones legítimas y así sucesivamente. Los campos son relativamente autónomo de la estructura social más amplia (o espacio, en su terminología), en la que las personas se relacionan y luchan a través de un complejo de relaciones sociales conectadas (directos e indirectos). Entre las principales áreas en las sociedades modernas, Bourdieu cita las artes, la educación, la política, el derecho y la economía. Otras sociedades, como las cabilia, no se han desarrollado campos tan autónomas, concentrándose las relaciones sociales, las normas, la acumulación de capital y la producción de habitus en el campo social más amplio.

Habitus

El concepto de habitus de Bourdieu fue inspirado por la noción de Marcel Mauss de técnica corporal y hexis. La palabra misma se puede encontrar en la obra de Norbert Elias, Max Weber, Husserl Edmund y Erwin Panofsky como reelaboraciones del concepto tal como surgió en la noción aristotélica de Hexis. Para Bourdieu, el habitus es esencial en la resolución de un prominente antinomia de las ciencias humanas: el objetivismo y el subjetivismo. El habitus se define como un sistema de disposiciones (esquemas adquiridos de percepción, pensamiento y acción).

El agente individual desarrolla estas disposiciones en respuesta a las condiciones objetivas que encuentra. De esta manera Bourdieu teoriza la inculcación de estructuras sociales objetivas en la experiencia subjetiva, mental de los agentes. Para los objetivos sociales de los lugares sobre el terreno las necesidades de sus participantes para ser miembro, por así decirlo, en el campo. Habiendo así absorbido estructura social objetiva en un conjunto de personal cognitivo y disposiciones somáticas, y las estructuras subjetivas de la acción del agente después de ser acordes con las estructuras objetivas y exigencias existentes del campo social, surge una relación dóxica.

El habitus es algo que recuerda conceptos preexistentes sociológicos como la socialización, pero habitus también difiere de los conceptos más clásicos en varios aspectos importantes. En primer lugar, un aspecto central del habitus es su realización: el habitus no sólo, ni siquiera principalmente, funciona a nivel de conciencia explícita, discursiva. Las estructuras internas toman cuerpo y trabajan de manera más profundo, práctico y con frecuencia prereflexiva. En este sentido, el concepto tiene algo en común con el concepto de Anthony Giddens de la conciencia práctica.

El habitus y la doxa

Doxa se refiere a las creencias inconscientes y valores aprendidos, fundamentales y profundamente fundadas, tomadas como autoevidentemente universales, que informan a las acciones de un agente y pensamientos dentro de un campo en particular. La doxa tiende a favorecer a la particular disposición social del campo, con lo que se privilegia el dominante y tomar su posición de dominio como autoevidente y universalmente favorable. Por lo tanto, las categorías de comprensión y percepción que constituyen un habitus, congruente con el objetivo de la organización sobre el terreno, tienden a reproducir las mismas estructuras de la materia. Una situación dóxica puede considerarse como una situación caracterizada por una armonía entre las estructuras objetivas y externas y lo «subjetivo», las estructuras internas del habitus. En el estado dóxico, el mundo social se percibe como algo natural, que se da por sentado y por sentido común.

Bourdieu ve al habitus como un factor importante que contribuye a la reproducción social, ya que es fundamental para la generación y regulación de las prácticas que constituyen la vida social. Los individuos aprenden a querer lo que las condiciones hacen posible para ellos, y no aspirar a lo que no está disponible para ellos. Las condiciones en que vive el individuo generan disposiciones compatibles con estas condiciones (incluyendo los gustos en el arte, la literatura, la comida y la música), y en un sentido preadaptados a sus demandas. Las prácticas más improbables se excluye, por tanto, como algo impensable, por una especie de sumisión inmediata al orden que inclina a los agentes a hacer de la necesidad virtud, es decir, de rechazar lo que se negó categóricamente a la voluntad y lo inevitable.

LA RECONCILIACIÓN DE LO OBJETIVO (CAMPO) Y LO SUBJETIVO (HABITUS)

Como se mencionó anteriormente, Bourdieu utiliza los conceptos metodológicos y teóricos de habitus y de campo con el fin de hacer una ruptura epistemológica con el destacado objetivo-subjetivo antinomia de las ciencias sociales. Quería unir eficazmente la fenomenología social y el estructuralismo. Con el habitus y el campo, se proponen hacerlo.

Bourdieu tuvo la ambición de unir a estas tradiciones sociológicas, que habían sido ampliamente consideradas incompatibles, lo que ha sido y sigue siendo controvertido. El concepto más importante a entender es habitus. Dicho crudamente, el habitus es el sistema de disposiciones que tienen los individuos. Los sociólogos muy a menudo mirar a cualquiera de las leyes sociales (estructura) o de las mentes individuales (agencia) en el que se inscriben estas leyes. Grandes argumentos sociológicos han hecho estragos entre quienes sostienen que el primero debe ser el interés principal de la sociología (estructuralistas) y los que sostienen lo mismo con la segunda (fenomenólogos). Cuando Bourdieu vez nos pide que consideremos disposiciones, que está haciendo una intervención muy sutil en la sociología. Él ha encontrado un término medio donde las leyes sociales y las mentes individuales se encuentran y argumenta que nuestro objeto propio de análisis debe ser ese punto medio: disposiciones.

Las disposiciones también son importantemente públicas y por lo tanto observables. Si tengo alguna preferencia, pero mantengo este secreto al jamás mostrarla, y escrupulosamente evitar dar evidencia de cual puede ser mi preferencia observada o deducida – entonces la preferencia sigue siendo estrictamente privada. Puede ser llamado acertadamente una preferencia, pero no es una disposición en el sentido de Bourdieu y probablemente no en el sentido cotidiano tampoco. La disposición implica y promulga una preferencia, aunque sea trivial.

Entre una sociedad de individuos, el rendimiento constante de disposiciones, triviales y no triviales, forman una serie observable de las preferencias y lealtades, puntos y vectores. Esta metáfora espacial puede ser analizado por los sociólogos y presentada en forma de diagrama.

En última instancia, la conceptualización de las relaciones sociales de esta manera da lugar a una imagen de la sociedad como una red de espacios interrelacionados. Estos son los campos sociales.

Para Bourdieu, el habitus y el campo sólo pueden existir en relación unos con otros. A pesar de que un campo está constituido por los diferentes agentes sociales que participan en el mismo (y por lo tanto sus habitus), un habitus, de hecho, representa la transposición de las estructuras objetivas del campo en las estructuras subjetivas de la acción y el pensamiento del agente.

La relación entre el habitus y el campo es una relación biyectiva. El campo sólo existe en la medida en que los agentes sociales tengan las debidas disposiciones y un conjunto de esquemas de percepción que son necesarios para constituir la materia y dotarla de significado. Al mismo tiempo, mediante la participación en el campo, los agentes incorporan a su habitus el buen saber hacer que les permita constituir el campo. El habitus manifiesta las estructuras del campo, y el campo media entre el habitus y la práctica.

Bourdieu intenta utilizar los conceptos de habitus y de campo para eliminar la división entre lo subjetivo y lo objetivo. Sea o no que lo hace con éxito está abierto a debate. Bourdieu afirma que cualquier investigación debe estar compuesto por dos «minutos».  El primero es una etapa objetiva de investigación, donde se observan las relaciones del espacio social y las estructuras del campo. La segunda debe ser un análisis subjetivo de las disposiciones agentes sociales para actuar y sus categorías de percepción y comprensión que se derivan de su habita en el campo. La investigación adecuada, dice, no puede prescindir de estos dos juntos. Φ

«Etnometodología» de Heritage

Lo prometido es deuda, así que aporto mi transcripción para recuperar este texto. El problema en esta ocasión fue más complicado: páginas muy manchadas, errores ortográficos y tipográficos en el original, mucho uso de formato de citas textuales. Pero finalmente entrego la transcripción, aunque sin la sección bibliográfica. Creo que me tomaré un descanso de las transcripciones… φ

«Interaccionismo Simbólico» de Joas

Continuando con la tarea de rescatar textos que se encuentran solamente en papel ya bastante maltratado, le doy tratamiento en esta ocasión a «Interaccionismo Simbólico» de Joas, una muy buena revisión sobre esta corriente de pensamiento microsociológica. Este texto se encuentra en «La Teoría Social Hoy» de Giddens y Turner. Queda a su disposición en formato de documento portátil (.pdf), se agradece la retroalimentación.
Próximamente le daré este tratamiento a la revisión de Héritage a la Etnometodología. φ